Iniciativa Social y Estado de Bienestar |
CLASIFICACIÓN DE LA INICIATIVA SOCIAL.IntroducciónVamos a abordar la iniciativa social desde una perspectiva amplia, como un conglomerado de asociaciones heterogéneo, diverso y múltiple. No se excluyen las asociaciones de autoayuda, las asociaciones de afectados ante cualquier problema, las asociaciones vecinales, deportivas o la mayor parte de las asociaciones ciudadanas, de jóvenes, de personas mayores, los sindicatos, cooperativas sociales, etc. Una gran parte suelen ser asociaciones pequeñas, poco complejas en su organización y que tienden hacia la especialización en torno a un tema, estando además localizadas en un territorio muy concreto. En general, aunque algunas de estas asociaciones realizan una labor en favor de sus asociados están contribuyendo a la resolución de los problemas y al bienestar social de grupos mucho más amplios, transcendiendo los resultados que obtienen más allá del propio grupo, transmitiendo estas mejoras a la comunidad. Es más, están ayudando a desarrollar un tejido denso de redes ciudadanas que contribuyen a una sociedad civil más pujante y organizada (Gíl, 1990)[1]. Sin duda, actúan desde la solidaridad para la mejora del bienestar, se les puede acusar de actuar desde una ideología determinada, en la defensa de los intereses de un colectivo específico, pero aquella organización que esté libre de ideología o que no defienda los intereses de sus miembros “que tire la primera piedra”. Definición y característicasNo podemos olvidar que la iniciativa social, o tercer sector, es un concepto muy criticado y cuestionado, ya que algunos autores se plantean si realmente podemos hablar de un tercer sector en contraposición al Estado y al Mercado. El Estado y el Mercado están claramente definidos y conocemos sus características, pero en el caso de la iniciativa social nos encontramos ya con una primera dificultad al estar definido por aquello “que no es”: No es Estado (no gubernamental), no es mercado (sin animo de lucro). Nos encontramos así en un espacio indeterminado y fronterizo, en una especie de “tierra de nadie”. Además se podría hablar de un cuarto sector, si consideramos el tercer sector como propio de las relaciones familiares y de amistad y el cuarto sector la solidaridad desarrollada a través de organizaciones, incluso se habla de un quinto sector si se realiza la división entre autoayuda y beneficiarios externos a la organización (Smith, 1991)[2] Definirlo sólo por lo negativo es demasiado pobre, no se da idea de las características de aquello que se está definiendo. Esto nos muestra la dificultad que existe para delimitar un perfil propio y precisar una actividad común a todas aquellas organizaciones y asociaciones que se agrupan bajo esta denominación. Es un conglomerado de agrupaciones, asociaciones, organizaciones y movimientos con múltiples elementos que los diferencian entre sí, y donde es muy difícil establecer características comunes. Además, se trata de un sector que se define por su diferencia al Estado y al Mercado y sin embargo cada vez son más las implicaciones que mantiene con ambos. Así, por ejemplo, algunas de las entidades que se consideran englobadas dentro de este sector sólo en sentido poco estricto podría afirmarse que no tienen animo de lucro, ya que funcionan como auténticas empresas de servicios y sus características son más propias de una empresa que de una ONG. En cuanto a su carácter no gubernamental parece más claro, pero en ocasiones dada la progresiva vinculación de este tipo de organizaciones al sector público a través de la gestión indirecta de servicios y de las subvenciones que reciben del mismo la frontera se diluye. Para venir a complicar aun más la situación, la frontera puede desaparecer en las organizaciones creadas por las propias Administraciones Públicas para colaborar con los servicios sociales, como por ejemplo prevé la Ley de Servicios Sociales de la Comunidad Autónoma de Galicia de 14 de abril de 1993, que en su articulo 47 dice “Las entidades locales podrán promover el voluntariado social mediante la creación de organizaciones de voluntarios para la concesión de los fines previstos en la presente ley...”[3]. ¿Pueden ser no gubernamentales las asociaciones creadas por la Administración? Incluso un elemento que puede ser tan característico como puede ser la mejora de la calidad de vida, en ocasiones se transforma en meras reivindicaciones corporativas en las que sólo se piensa en la “mejora de la vida de unos pocos”, en detrimento de otros grupos o a costa de la de otros. Nos encontramos así, con un sector en donde podríamos encontrar prácticamente un continuo que iría del Estado al Mercado. De este modo las organizaciones creadas por las Administraciones Públicas para lograr sus fines estarían en la frontera del Estado y seria en ocasiones difícil diferenciarlas de aquel, ya que tendrían características de Estado (financiadas con fondos públicos) y características de iniciativa social (formada por voluntarios y pertenecientes a la esfera privada). En el extremo opuesto, podemos encontrarnos con organizaciones muy próximas al Mercado, por ejemplo empresas de servicios, que si bien no en sentido estricto, poseen un cierto animo de lucro y compiten por lograr mejores “cotas de mercado”. En similares circunstancias podemos tener las cooperativas sociales. Si nos situásemos en el centro de este continuo tendríamos las organizaciones que serían en sentido estricto tercer sector y que no tendrían características del Estado ni del Mercado. ¿Podemos definir las características propias de las organizaciones que forman este tercer sector en “estado puro?”. Evidentemente no es fácil, pero podemos intentar avanzar algunas características:
Aun reconociendo la debilidad teórica del concepto y las dificultades que existen para su definición, debemos reconocer que es un espacio no ocupado ni por el Estado ni por el Mercado, que actúa como garantía de un “pluralismo cultural” (Rose, 1954)[9], donde múltiples intereses colectivos pueden reivindicarse, con unas características propias - aunque como vimos se diluyen en situaciones fronterizas - y con unas funciones que le son propias, aunque pueden no ser exclusivas, como por ejemplo:
Así, podemos definir el Tercer Sector, como “... el formado por aquellas entidades de carácter voluntario que, surgidas de la libre iniciativa ciudadana y reguladas de forma autónoma, persiguen por medio de la intervención en la política social en sentido lato contribuir a aumentar los niveles de calidad de vida y bienestar a través de un progreso social solidario” (de Lorenzo, 1996)[10]. Sin embargo para otros el tercer sector no deja de ser una mera convención carente de todo sentido teórico y práctico y que no cuenta con un espacio propio sino que va realizando incursiones en distintos escenarios “En la actualidad, la pluralidad de modalidades que se observan en el voluntariado ha roto el esquema del tercer sector y en su lugar empieza a diversificar transversalmente sus modos de existencia; hay un voluntariado que se organiza y ejerce en el interior del escenario de los mundos vitales, otros por el contrario se organizan y se ejercen en el interior del escenario del mercado, y otro en el interior del escenario del Estado” (García y Comes, 1995)[11]. Algunas clasificacionesLa heterogeneidad de este sector hace que las organizaciones que lo componen puedan ser muy diversas, existiendo diferentes clasificaciones según los criterios que se utilicen. La más clásica es la de Beveridge (Beveridge, 1948)[12] que distinguía entre grupos de autoayuda y grupos que realizan su acción no en beneficio de sus asociados. Rose (Rose, 1970)[13] diferencia entre los grupos expresivos, creados para la satisfacción de los miembros y grupos de influencia social que intentan lograr transformaciones de la sociedad. Ascolí (1987)[14] propone una clasificación en la que mezcla varios criterios y diferencia 11 tipos de organizaciones:
Una clasificación muy empleada es la de Hoekendijk (Hoekendijk, 1986)[15] propuesta dentro del marco de Volonteurope[16]. Primero divide los grupos en dos grandes categorías siguiendo la clasificación de Beveridge (autoayuda - en beneficio de la comunidad) para después dividir cada uno de los grupos en cuatro categorías: A.- Trabajo voluntario en favor de otra categoría.
B.- Trabajo voluntario en favor del propio grupo, categoría o sociedad.
Es una clasificación realmente útil y que nos permite conocer qué características tienen y qué clase de actividad desarrollan las asociaciones dependiendo de la categoría a la que pertenecen. Aunque como en todo es difícil, en la realidad, encontrar grupos puros que se encuadren claramente en una categoría.
Para García Roca el Tercer Sector esta formado por (García, 1996)[17]:
Otros proponen una división en cinco grandes grupos (Jerez y Revilla; 1997)[18]:
La clasificación que sigue el Registro Nacional de Asociaciones para agrupar a las asociaciones reguladas por la Ley de Asociaciones es la siguiente:
Otra clasificación muy interesante que toma como criterios la participación de los asociados en la organización y el número de estos es la propuesta por Ruiz (Ruiz, 1994)[19] en el marco del informe FOESSA:
Si seguimos unos criterios más jurídicos podemos tener la siguiente clasificación (Casado, 1989)[20]:
La Clasificación Internacional de Entidades no Lucrativas establece los siguientes grupos (Salamon y Anheir, 1996)[21]:
Utilizando como criterios la fuente principal de financiación y la forma de dirección de la organización Hansmann diferencia cuatro tipos de organizaciones (Hansmann, 1986) [22]
Una clasificación muy sugerente es la propuesta por Saxby (Saxby, 1998)[23] realizada sobre la base de los siguientes criterios:
Con estos ejes define cinco tipos de entidades:
Por ultimo, Urrutia propone (Urrutia 1992)[24]:
Como podemos observar existen múltiples tipos de clasificación de la iniciativa social (casi tantas como diferentes nombres tiene la propia iniciativa social) que sin duda nos muestran su propia heterogeneidad, aunque esto no quiere decir que no tengan elementos comunes que los aglutinan y que los dotan de un cuerpo propio, además, quizás en esta diversidad que manifiestan las asociaciones y organizaciones esté su riqueza y grandeza. [1]GIL GARCÍA: "Iniciativa Social y Voluntariado", en <<Bienestar Social y Desarrollo de los Derechos Sociales. Jornadas de Estudio y Planificación de la Acción Social>>. Fundación Friedrich Ebert. 1991. [2] SMITH, DAVID H.: "Four sectors o five? Retaining the member-benefit sector", Non profit and voluntary-sector quarterly, 20, . [3]La negrilla es del autor. [4]JAMES, E Y ROSE-AKERMAN,S: “The nonprofit enterprise in market economics”. Harwood Academic Publishers, 1986. [5]FUNES RIVAS, MARÍA JESÚS: "Las organizaciones voluntarias en el proceso de construcción de la sociedad civil", en Sistema Nº 117. 1993 [6] MARTINEZ, JUAN LUIS: “Las organizaciones no lucrativas y la prestación de servicios” en <<La ayuda internacional humanitaria: Su gestión>>. Boletín de estudios Económicos. Vol. XLIX diciembre 1994 Nº 153. [7] GINER, SALVADOR Y SARASA, SEBASTIÁN : “Altruismo cívico y política social”, en <<Leviatan>>, nº 61 otoño 1995. [8] SALAMON, L.M. Y ANHEIR, H.K.: “Towards an undersranding of the international nonprofit sector” . The Johns Hopkins Comparative Nonprofit Sector Proyect, Nonprofit Management and Leadership, 2:3, 322-24, 1992.. [9]ROSE, ARNOLD: "Theory and methods in the social sciences". Univerty of Minnesota, Minenesota, 1954. [10] DE LORENZO GARCÍA, RAFAEL: "Las fundaciones y el sector no lucrativo" en <Tercer Sector>. Documentación Social nº 103. Madrid, 1996. [11] GARCIA ROCA, JOAQUIN Y COMES BALLESTER, JOSEP ANTONI : “El voluntariado como recurso social” en <<Premio Bancaixa de investigación sobre servicios sociales 1994. El voluntariado>> Bancaixa, Valencia 1995. [12]BEVERIDGE: "Voluntary action: A report on methods of social advance". George Allen. Londres 1948. [13]ROSE, ARNOLD: "La estructura del poder". Paidos, Buenos Aires 1970. [14]ASCOLI, H: "Estado de Bienestar y Acción voluntaria", en Revista Española de Investigaciones Sociológicas, nº 38. Madrid 1987. [15]HOEKENDIJK, LIEBJE: "¿Que trabajo debe pagarse?". Cruz Roja Española. Madrid 1986. [16]Volonteurope (Comité para la Promoción de la Acción Voluntaria en los Países de la Unión Europea) se formó en 1980 para promover intercambios de información, potenciar la formación voluntaria y el desarrollo del voluntariado. [17] GARCÍA ROCA, JOAQUÍN: "El Tercer Sector" en <Tercer Sector>. Documentación Social nº 103. Madrid 1996 [18] JEREZ, ARIEL Y REVILLA, MARISA: "El tercer sector, una revisión introductoria a un concepto polémico" en <<¿Trabajo voluntario o participación?. Elementos para una sociología del tercer sector>>. Tecnos, Madrid 1997 [19]RUIZ OLABUENAGA, JOSÉ IGNACIO: "Ocio y estilos de vida" en <<V informe sociológico sobre la situación social en España. Sociedad para todos en el año 2000>>. Fundación FOESSA. Madrid 1994. [20] CASADO, DEMETRIO: “Las organizaciones sociovoluntarias” en <<Las organizaciones voluntarias y la intervención social”. Acebo, Madrid 1989 [21] SALAMON, LESTER M. Y ANHEIR, HELMUT K: "The international Classification of Nonprofit Organizations: ICNPO-Revision 1 1996" Working Paper of the Johns Hopkins Comparative Nonprofit Project, nº 19. Baltimore 1993 [22] HANSMANN, HENRY: "The role of Nonprofit Enterprese" Josey-Bass . San Francisco 1986 [23] SAXBY, JOHN: "¿A quién pertenecen las organizaciones de cooperación no gubernamentales?" en David Sogbe (ed.) <<Calculo y compasión: Un análisis critico de la cooperación no gubernamental al desarrollo>> Icaria, Barcelona 1998 [24] URRUTIA VICTOR: “Transformación y persistencia de los Movimiento Sociales Urbanos”. En <<La ciudad en cuestión>>., Política y Sociedad Nº 10, Madrid 1992. |
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