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RECONOCIMIENTO DEL VOLUNTARIADO.Cuando hablamos de reconocimiento del voluntariado, debemos diferenciar el reconocimiento del voluntariado en general, por parte de la sociedad, las administraciones, etc., y el reconocimiento al voluntario individual, por el trabajo y la dedicación a la organización. Así, podemos hablar de reconocimiento del “voluntariado”, como algo global, y de reconocimiento al “voluntario”, como persona individual que desarrolla una actividad. Bajo esta perspectiva, el reconocimiento puede venir de la Administración, de la Sociedad y de la propia organización (Navajo, 1989)[1]. No debemos olvidar, que el reconocimiento es importante para eliminar los obstáculos que dificultan su desarrollo, para lograr la implicación de más amplios sectores, para facilitar su apoyo y fomento y para lograr que los voluntarios permanezcan en la organización motivados y activos. Algunos plantean que no es necesario que los voluntarios reciban reconocimiento, ya que desarrollan su actividad de un modo altruista y gratuito, esto seria ir en contra de su autentico espíritu, y su reconocimiento esta en su propia acción. Esto puede ser valido para algunos, pero lo cierto es que si queremos que los voluntarios desempeñen adecuadamente su tarea, y permanezcan en la organización, los sistemas de reconocimiento adquieren una importancia fundamental, ya que afectan a la satisfacción y al rendimiento y se sitúan como un complemento imprescindible de los sistemas de motivación. Por otro lado, si deseamos que el voluntariado ocupe en la sociedad el papel que le corresponde los sistemas de reconocimiento públicos se vuelven algo fundamental para su correcta valoración por la sociedad. Ahora bien, los sistemas de reconocimiento del voluntariado pueden tener una frontera. En principio, todos estamos de acuerdo en que el voluntariado realiza su acción desinteresadamente, esto supone que no espera recibir nada a cambio, sin embargo, hablamos de reconocimiento como un elemento necesario e imprescindible para que se mantenga en la organización. ¿Pero donde esta el limite? ¿Cuál es la frontera entre reconocimiento y voluntariado incentivado?, ¿Son los incentivos un sistema de reconocimiento valido para el voluntariado? ¿Dónde debemos detenernos? ¿Existe diferencia entre reconocimiento e incentivo? Reconocimiento del voluntariado en la organizaciónSi nos centramos en el ámbito del reconocimiento de la organización hacia el voluntario podemos encontrarnos básicamente dos sistemas: los formales y los informales. Estos sistemas, deben girar en torno a reforzar su sentimiento de pertenencia a la organización y su apoyo a la acción diaria, concretándose en una progresiva asunción de responsabilidades, promoción interna, condecoraciones, formación continuada, encuentros e intercambios de experiencias, etc. Es decir, el reconocimiento ha de convertirse, siempre que sea justificado, en algo cotidiano. Mas si consideramos, que en ocasiones pueden tener la sensación de que solo se les llama la atención por sus errores y no por sus logros (Naylin, 1989)[2]. Los sistemas formales de reconocimiento se basan fundamentalmente en certificados, placas, medallas, actos de reconocimiento, etc. Muchas organizaciones cuentan con un día al año, donde reconocen a sus voluntarios por sus meritos y por su labor en la organización. Estos sistemas suelen estar regulados y aparecen recogidos en estatutos, reglamentos, disposiciones de régimen interno, etc., siendo conocidos por todos. Todos los sistemas formales de reconocimiento tienen que hacer sentirse al voluntario “valorado”, recompensado, apreciado, en un acto sincero y real, y no ser percibido como algo mecánico que se realiza por cumplir un mero tramite. Los reconocimientos formales, son especialmente adecuados para aquellos voluntarios que desean que su labor se reconozca públicamente ante el resto de los miembros de la organización, pero tienen poco impacto en aquellos que no necesitan el reconocimiento social y que su fuente de satisfacción es el trabajo bien hecho y la atención a los usuarios. En estos casos, la valoración de los usuarios suele ser reconocimiento suficiente. Estos voluntarios generalmente se sienten más valorados con sistemas informales. Los sistemas de reconocimiento formales, en parte basan su efectividad en tener establecidas unas normas muy claras, conocidas y asumidas por todos. Todo el mundo debe conocer porque se otorga reconocimiento o porque no, ya que pueden actuar como un elemento desmotivador del resto del equipo si el reconocimiento otorgado no es bien comprendido ni aceptado. No existe mejor forma de desmotivar a un equipo que dar un reconocimiento público a un voluntario que no se lo merece, según la valoración del resto del equipo, en perjuicio de voluntarios más eficaces y “entregados” a la organización. A pesar de su eficacia limitada en el rendimiento y permanencia de los voluntarios, toda organización debe contar con algún sistema de este tipo, y no debemos olvidar que además de sus efectos sobre la satisfacción de los voluntarios, tienen también un efecto de imagen para la organización, ya que difunde en la sociedad su interés y valoración de la acción voluntaria, haciendo que la sociedad valore también la acción voluntaria y el papel del voluntariado. Estos efectos “colaterales” del reconocimiento deben ser tenidos en cuenta por la organización a la hora de establecer sus sistemas formales. Sin embargo, los sistemas que generalmente tienen un mayor efecto en el voluntariado son los reconocimientos informales, aquellos que se producen día a día y, que en muchas ocasiones descuidamos, al no darles la importancia que realmente tienen. La creatividad y la innovación son importantes para encontrar caminos adecuados para reconocer el esfuerzo de los voluntarios (Federación Internacional, 1992)[3]. La eficacia de este tipo de reconocimiento viene dada entre otras cuestiones en su frecuencia, los sistemas formales de reconocimiento se dan una vez al año, los reconocimientos informales se deben realizar todos los días. El reconocimiento informal demuestra no solo la consideración y el aprecio por el trabajo bien hecho, sino la valoración del voluntario como “persona”. Este tipo de reconocimiento incluye cuestiones como:
Dar las gracias, mostrar interés por el trabajo que se esta desarrollado, interesarse por los problemas que tiene en el desarrollo de su labor, etc., son sistemas de reconocimiento sencillos que tienen un gran efecto en el voluntario, mostrar interés y aprecio debería estar en el primer lugar en la agenda de todo aquel que trabaja habitualmente con voluntarios. Para favorecer estas actitudes en ocasiones las organizaciones pueden desarrollar talleres de relaciones humanas, habilidades sociales, etc, para los miembros. La participación del voluntario, en las decisiones que le afectan y el incremento de la responsabilidad, se muestran como uno de los sistemas de reconocimiento más potentes. Participación y responsabilidad, no son elementos que se produzcan desde la incorporación del voluntario de un modo natural, si no que son aspectos que deben ser fomentados y facilitados por la organización. La participación en la toma de decisiones, y el aumento de la responsabilidad es en cierto modo decirle al voluntario “confió en ti, en tus capacidades y en tus decisiones, tu debes ser responsable de tu propio proceso en la organización”. ¿Puede existir un sistema de reconocimiento mayor?, posiblemente si, el acceso a puestos de responsabilidad. El acceso a puestos de responsabilidad no solo es un reconocimiento para el voluntario que lo ocupa, sino para el resto de compañeros, que ven que forman una parte importante de la organización y que esta tiene canales de valoración de las capacidades. El acceso a formación, tanto la facilitada por la organización, como la externa, es un potente sistema de reconocimiento de la acción voluntaria que va más allá de la mera capacitación o adquisición de conocimientos por parte del voluntario. El reconocimiento diario favorece un adecuado clima de trabajo, refuerza el sentido de pertenencia y favorece las relaciones personales. El reconocimiento puede empezar desde el primer día, una carta de bienvenida, una adecuada acogida, la presentación a los directivos y compañeros, etc puede ser un buen comienzo en la carrera hacia el reconocimiento del voluntario. Debemos tener en cuenta, que los voluntarios tienen diferentes motivaciones e intereses, y que por tanto necesitaran diferentes tipos de reconocimiento. Si por ejemplo, seguimos la teoría de la motivación de McClelland (McClelland, 1989)[4], con sus tres tipos de motivaciones (Logro, poder, afiliación), podemos ver como cambia la eficacia de los diferentes tipos de reconocimiento (McCurley y Lynch, 1996)[5]:
Estas diferencias dependiendo del motivo que guié su conducta nos deben hacer recapacitar sobre la imposibilidad de un sistema único de reconocimiento en una organización. El sistema ideal debe tener previsto diferentes procedimientos, para satisfacer las diferentes motivaciones de los voluntarios. Desde este punto de vista, la combinación de elementos formales e informales se destaca como el método más eficaz. Así, debemos tener diferentes sistemas de reconocimiento que combinen aspectos formales e informales: Reconocimientos diarios:
Reconocimientos intermedios.
Grandes reconocimientos.
En cualquier caso, independientemente del sistema de reconocimiento que tenga la organización, este debe cumplir unas determinadas normas para que realmente se muestre eficaz (McCurley y Lynch, 1996)[6].
Reconocimiento externo a la organización.Por otro lado, fuera de la organización también nos encontramos con sistemas de reconocimiento formales e informales, son sistemas que generalmente de un modo global, son facilitados por la sociedad o la administración. El reconocimiento en este ámbito puede ser importante por la eliminación de obstáculos, fomento de la participación de más amplios sectores, valoración social del voluntariado, etc. El reconocimiento publico del voluntariado es generalmente una de las demandas más comunes de las organizaciones, reconocimiento por parte de la administración, de la sociedad, de los medios de comunicación sobre el trabajo que desarrollan los voluntarios y la propia organización. Una de las formas de reconocimiento más importante fue el Año Internacional de los Voluntarios 2001. La Asamblea General de las Naciones Unidas, en la Resolución 52/17, copatrocinada por 123 países, decidió designar el año 2001 como el Año Internacional de los Voluntarios. Los objetivos de dedicar ese año al voluntariado fueron:
Algunas ideas que propone Naciones Unidas sobre el reconocimiento del voluntariado son (UN, 2000)[8]:
En España, dentro de la Ley del Voluntariado de 15 de enero de 1996, se establecen algunas medidas de reconocimiento ampliamente debatidas. En el titulo IV dedicado a medidas de fomento del voluntariado establece dos que han levantado la controversia:
Así, por ejemplo, la Comunidad de Madrid puso en marcha la llamada tarjeta solidaria. La tarjeta solidaria es un carné del voluntario personalizado que se expide gratuitamente por el periodo de un año. Con esta tarjeta, los voluntarios pueden acceder a diferentes bienes y servicios en los ámbitos cultural y comercial, disfrutando de descuentos en museos, teatros, tiendas de moda, librerías, academias, etc. Esta tarjeta solidaria la pueden solicitar todas las personas de cualquier edad y nacionalidad, residentes en la Comunidad de Madrid, que realicen una labor de voluntariado en una ONG de manera regular desde al menos un año. ¿Nos encontramos realmente ante el intento de recoger en la ley un sistema de reconocimiento del voluntariado o nos encontramos ante incentivos que van en contra del espíritu de la acción voluntaria?, ¿Qué ocurrirá con las propuestas de servicio civil que en el fondo se aproximan a un voluntariado incentivado?. Las alternativas de incentivo que se proponen para aquellos que realicen el Servicio Civil pueden ser múltiples y variadas, así, Dirección General de Objeción de Conciencia[9] manifiesta que el Servicio Civil “...es compatible con la implantación de un sistema de incentivos que, sumados a la “gratificación” inherente a todo hacer altruista y solidario, hagan de aquél un sector de dedicación atractivo, tanto por lo que se va hacer como por la percepción de acciones “gratificantes” con trascendencia en el plano social y profesional”. Para ello proponen un sistema de reconocimientos “..que si bien no retribuirán económicamente al servidor civil, si aportaran un mínimo de estímulos que psicológicamente muevan a la prestación y hagan sentir el reconocimiento que es de justicia”. El tipo de reconocimientos propuesto es diverso y variado (mejorar expectativas profesionales, facilitar el acceso a la función pública; promover el acceso a los servicios culturales,...), pero, ¿qué hacemos con los voluntarios? ¿Recibirán los mismos incentivos que los que realicen el servicio civil? ¿Serán estos adecuados para los voluntarios? o ¿Desvirtuaran el papel de voluntariado? ¿Tendremos voluntarios de primera y de segunda? La Plataforma para la Promoción del Voluntariado en España, recogiendo el sentir de diferentes organizaciones manifiesta (Plataforma para la Promoción del Voluntariado en España, 2000)[10] “...entendemos que la existencia de servidores civiles y de voluntarios en el seno de los mismos programas y servicios de las organizaciones sociovoluntarias, generaría agravios comparativos”. Finalmente parece que se impuso el sentido común y no se pondrá en marcha un servicio civil, que podría crear fuertes agravios con aquellos voluntarios que se acerquen a la organización para aportar su tiempo y conocimientos. Por otro lado, el Grupo de trabajo formado por las ONG del ámbito social más importantes de España, han realizado una serie de propuestas para la mejora del tercer sector[11], entre ellas se pueden destacar la propuesta de algunos sistemas de reconocimiento del voluntariado como:
El Plan Estatal de Voluntariado 2001 2004[12], establece como objetivo general del área de sensibilización: "Proporcionar información a toda la sociedad acerca del valor, las oportunidades y la necesidad de participación voluntaria, de acuerdo con las características de cada grupo de edad y con los intereses de cada ciudadano". Y como primera línea estratégica "Fomento y apoyo de aquellas iniciativas que supongan la difusión de las actividades voluntarias, el reconocimiento de los voluntarios y el debate sobre su concepto y papel social". Entre las actuaciones que propone para el cumplimiento de esta medida, en cuanto al reconocimiento podemos destacar:
Un aspecto fundamental es lograr el reconocimiento de la sociedad, esta muy bien valorar al voluntariado en la organización y por parte de las diferentes administraciones, pero uno de los aspectos más importantes es el reconocimiento por parte de la sociedad. Bien es cierto, que se ha andado mucho en estos últimos años, el voluntariado es valorado y conocido por la sociedad, pero todavía continúan existiendo imágenes estereotipadas e ideas equivocadas en torno al papel y la acción del voluntariado. En este aspecto, las organizaciones tienen mucho que decir, pero sin duda los medios de comunicación tienen un papel fundamental. Contar con la colaboración de los medios para la difusión de las acciones del voluntariado es una de las acciones más importantes que se pueden desarrollar con vistas a reconocer su labor. Para ello, las organizaciones en los mensajes que transmiten tienen que destacar cual es el papel que juegan los voluntarios en los proyectos que realizan. En muchas ocasiones los medios difunden la actividad de las ONG, pero sin informar que estas acciones están desarrolladas por voluntarios y que sin ellos no podrían llevarse a cabo. La realización de cursos para profesionales de los medios de comunicación, donde conozcan el autentico papel del voluntariado y de las ONG, pude ser una primera medida para iniciar este camino. Sin duda, un mayor conocimiento por parte de los ciudadanos del autentico papel que desempeñan los voluntarios es el inicio para su autentico reconocimiento. [1] Conclusiones del Grupo de Trabajo: "Gratuidad, Remuneración y Reconocimiento", en Jornadas de la Plataforma <<El voluntariado hoy: realidades y perspectivas>> [2] NAYLIN, RANDAL D.: "Satisfacer las necesidades de los empleados: clave de la motivación" en A. Dale Timpe: <<Motivación del Personal>>. Plaza&Janes, Barcelona 1989 [3] FEDERACION INTERNACIONAL DE SOCIEDADES DE LA CRUZ ROJA Y DE LA MEDIA LUNA ROJA: “Voluntary Service: Current Status Report. Volunteer Management Cycle”. Ginebra 1992 [4] McCLELLAND, D.C.: “Estudio de la motivación humana”, Madrid, Narcea 1989. [5] McCURLEY, STEVE y LYNCH, RICK: “Volunteer Management: Mobilizing All the Resources of teh Community”. Herritage Arts Pub, 1996. [6] McCURLEY, STEVE y LYNCH, RICK: “Volunteer Management: Mobilizing All the Resources of the Community”. Herritage Arts Pub, 1996. [7] “Resolución aprobada por la Asamblea General (A/52/L.22 y Add.l) Sobre el Año Internacional de los Voluntarios 2001” [8] Año Internacional de los Voluntarios 2001. Notas Orientativas. http://www.iyv2001.org/iyv_span/guid_sp.htm#7 [9] DIRECCIÓN GENERAL DE OBJECIÓN DE CONCIENCIA: “Documento de Trabajo Sobre Servicio Civil”. Jornadas Sobre Servicio Civil, Documento Mimeografiado, Madrid 1999. [10] PLATAFORMA PARA LA PROMOCIÓN DEL VOLUNTARIADO EN ESPAÑA: “Reflexión de la Plataforma para la Promoción del Voluntariado en España sobre el Servicio Civil” Documento mimeografiado, Madrid 2000. [11] “Propuestas para la Mejora del Tercer Sector del Ámbito Social en España. Informe para el Presidente de Gobierno”. Madrid 12 de enero de 1999. [12] Plan Estatal de Voluntariado 2000-2004. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Secretaría General del Asuntos Sociales, Madrid 2001. |
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